20110602. CARLOS MALPICA FAUSTOR DIFUNDE LIBRO SOBRE GOBERNABILIDAD DE LA EDUCACIÓN PERUANA 1975-2011

20110602. CARLOS MALPICA FAUSTOR DIFUNDE LIBRO SOBRE GOBERNABILIDAD DE LA EDUCACIÓN PERUANA 1975-2011

 

FORO EDUCATIVO, Gobernabilidad educativa: Fortaleciendo la democracia.  Lima, mayo 2011. pp.179

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CEREMONIA DE PRESENTACIÓN DEL LIBRO (24 de mayo del 2011).

Nota sobre la presentación del libro (Alerta Educativa 572):

http://alertaeducativa.blogspot.com/2011/05/destacados_27.html

VIDEOS:

Introductorio:

http://www.youtube.com/watch?v=VMLirVoPcv0

Presentación del Libro, por Martín Vegas:

http://www.youtube.com/user/Hablaeducacion?feature=mhsn#p/u/2/ikUQA_1YfIE

Intervención de Santiago Pedraglio:

http://www.youtube.com/watch?v=BkOf_oCcqpo

Intervención de Henry Pease:

http://www.youtube.com/watch?v=-S4XOvE9jY4

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ENTREVISTA A CARLOS MALPICA FAUSTOR

Ministro de Educación, 2003-2004

Entrevista original a Carlos Malpica Faustor (texto revisado por el autor el 13 de diciembre el 2010) 

 

La visión de la Gobernabilidad

Quienes hemos asumido funciones de gobierno, tenemos la visión y también hemos vivido la sensación de lo que es gobernar. Creo que la inquietud es importante porque todo el mundo habla de buen gobierno, de gobernabilidad, de gobernanza, y quienes hemos ejercido la función gubernamental deberíamos explicar cuáles han sido las lecciones de esa experiencia.

En primer lugar la función de gobierno es una función muy delicada, muy compleja, y en el caso de la educación, con mayor razón. La gestión de la educación es de una complejidad mucho mayor que la gestión de otros sectores. Hay sectores en los cuales el componente es mayormente económico, mayormente técnico, y hay otros en los cuales es mayormente social, político, cultural. La complejidad del sector educación es muy grande, mayor razón entonces para esclarecer qué entendemos por gobernabilidad de la educación.

Quiero contar una anécdota al respecto. En los años 80 en la India, la democracia más grande, no la más perfecta pero si la más grande del mundo, eligió como Primer Ministro a Rajiv Gandhi, de profesión piloto de avión. En una entrevista del diario Le Monde, a los pocos meses de estar en el cargo le preguntaron ¿cuál es su experiencia de gobierno de la India?, y él dijo sencillamente, miren cuando yo piloteaba un avión, yo sabía qué pasaba en el avión, actuaba, y sentía que el avión me respondía; eso yo no lo he sentido en estos meses como Primer Ministro de la India. Si eso pasa en el pilotaje de un avión, imagínese cómo pasará en el gobierno de la educación.

En cuanto a gobernabilidad, ella tiene que ver con el manejo del sector, del sistema o de los sistemas, de que se trate. Hay gobernabilidad si es posible gestionarlos; si el piloto, como Ministro, realmente tiene los controles del tablero de mando y si sus impulsiones y decisiones van marcando  y asegurando el rumbo,  para seguir una ruta y para alcanzar las metas. La gobernabilidad está asociada a la factibilidad; es la prueba de factibilidad de que algo puede ser gobernado. Por eso a veces se dice frente a algunos problemas, este problema es ingobernable, o sea, no hay manera de gobernarlo.

La educación ¿es gobernable en el Perú? Cuando fui Ministro de Educación ¿sentía que gobernaba la educación? La respuesta no es sencilla. Qué vamos a entender por gobierno y por gobernabilidad, por un lado; pero, por otro lado, qué vamos a entender por educación. La educación es una función importante y esa función opera en sistemas, y esos sistemas funcionan en un contexto, y tienen actores. Hay actores, directos e indirectos; hay elementos del contexto que son más influyentes que otros,  más inmediatos que otros. Y no hay un solo sistema, hay varios sistemas; el sistema nacional de educación tiene un sentido muy amplio, pero en realidad no hay un verdadero sistema de la educación porque observamos fracturas en lo que podría ser una visión sistémica de la educación: Los sistemas escolarizados son una parte pero observamos fracturas entre la educación pública y la privada; la urbana y la rural; la básica y la superior; dentro de la superior, la universitaria y la no universitaria. Debido a esa fragmentación, no hay un sistema, sino varios sistemas, y hay muchos actores, y hay muchos conceptos y alcances de lo que es el contexto o lo contextual. Algunos de los operadores son externos; por ejemplo, es clásico el debate en el Perú, sobre quién tiene más poder en educación, si el Ministro de Educación o el Ministro de Economía y Finanzas.

La gobernabilidad de la educación supone considerar sistémicamente a todos esos conjuntos. La gobernabilidad de la educación se aplica principalmente no a la gestión de edificios y de presupuestos, sino a la gestión de personas. La educación es una función productiva que los economistas llaman intensiva de mano de obra, o sea, que el operador humano es fundamental; además, sirve al desarrollo humano.

Gobernar no es fácil. Se suele decir, por ejemplo, que un régimen autoritario es más efectivo, más rápido, y que cumple mejor las metas; pero lo hace violentando la libertad del ser humano, el respeto a las diferencias y el camino del consenso. Es pues importante tener en cuenta eso cuando uno analiza el gobierno de la educación.

En resumen, la gobernabilidad, es la factibilidad, la posibilidad, de poder gobernar, de asegurar el funcionamiento de determinado sistema de acuerdo a ciertas reglas, principios, normas, reglas de juego; pero también de acuerdo a cierta voluntad o intencionalidad, lo  que a veces no es muy claro, pues hay conflictos y enfrentamientos no resueltos. Por eso la educación es difícil de gobernar.

En el Perú estamos en un proceso de descentralización, en el cual hemos ingresado a un sistema de gobierno de niveles múltiples. Tenemos el nivel nacional, el nivel regional y el nivel local, y hasta ahora no se ha resuelto esa ecuación. Hay una nebulosa de sistemas, de actores, de contextos, de factores, de recursos, de normas de criterios, de políticas; lo que se refleja en una mayor complejidad y   dificultades.

Decir que estamos gobernando la educación supone  que estamos conduciendo esos sistemas y procesos con una cierta dinámica, por una ruta apropiada y alcanzando los  objetivos propuestos. Esa sería mi primera reflexión.

 

La Gobernabilidad de la Educación

En primer lugar, muchos de los que se llaman los problemas de la educación en realidad son los problemas de la sociedad peruana. En la educación peruana se refleja la problemática nacional y se piensa que nuestra obra educativa debe ser tal que logre ejercer una influencia para  transformar, servir  mejorar a la sociedad, creo que en esta interacción es donde se juega lo más difícil. Somos una sociedad donde la mayor parte de la población es pobre, donde la gente no está bien alimentada, donde el núcleo familiar está en crisis, donde hay corrupción, y eso se refleja en la educación. El éxito escolar no depende solamente de tener un buen maestro bien formado, bien pagado y contento, con todas las herramientas y los apoyos necesarios, pues si el niño tiene parásitos, si vuelve al hogar y no tiene padres, no ve al padre, nunca está con los chicos del barrio, no come bien, o nadie controla lo que come, o no se cuida su salud, no se le vacuna nunca, a dónde conduce todo eso; si tiene una televisión que no cumple las funciones de formación moral y de educación y cultura que establece la ley.

La educación forma parte del problema, pero también forma parte de la solución, y creo que uno de los grandes problemas estructurales de la Administración Pública y del Gobierno es la sectorización extremada. La educación sola no puede garantizar una acción de conjunto; la planificación y el Proyecto Nacional y el Proyecto Educativo Nacional contribuyen a eso, a dar una visión compartida, consensuada, que conjugue voluntades y que genere dinámicas para ir avanzando. Sin eso es muy difícil conducir la educación y se puede incurrir en una serie de medidas improvisadas, de corto plazo, sin mayor perspectiva. La obra educativa es una obra de gran aliento, es como un árbol que va a demorar 20 ó 30 años en dar frutos o producir una buena madera. En educación todo lo que hemos dejado de hacer en lo últimos 20 años nos va a seguir afectando los próximos 10 años. Ese horizonte temporal de las políticas educativas es muy importante.

Tampoco se ha logrado conciliar el mundo de la educación pública y el de la educación privada. No se ha podido resolver las tensiones entre la educación urbana y la educación rural, y entre la educación universitaria y la superior no universitaria. Todavía tenemos asuntos por resolver, es como pilotear un avión cuyos sistemas no están marchando bien. Puedo poner al mejor piloto a esa avión y no va a despegar o va a tener muchos problemas de conducción y de manejo.

El gobierno en nombre del Estado ejerce la direccionalidad de la voluntad política que encarna la Nación, su proyecto de vida y de futuro. Elegimos un gobierno para eso, justamente para que encarne lo que somos y lo que queremos ser, de dónde venimos y adónde vamos, y para eso se le inviste de poderes, se le otorga recursos y se le autoriza el uso de la fuerza pública, y tiene que mantener el timón y la ruta en la dirección que asegure avances y logros.

El gobierno no se puede concebir como una entrega de poder en un “cheque en blanco” del elector, sino como un mandato, un contrato político y social entre votantes y mandatarios, de manera que éstos quedan atados por un contrato social y moral a actuar en la forma que el mandante le ha señalado. La votación es la consumación de un contrato entre los que detentan el poder soberano, es decir, el pueblo, los votantes, y el mandatado o mandatario. Lo que pasa es que en español, la palabra mandatario da la idea equivocada del que manda, del mandamás. Mandatario es el que recibe un mandato para hacer algo, es como un encomendado, alguien a quien encargamos algo.

 

La Institucionalidad

Hay diferentes dimensiones y una de ellas es la institucionalidad, el aparato, el sistema, o los sistemas  que se estructuran. Cuando instalamos agua corriente o aire acondicionado en una casa, se trata de un sistema físico, técnico, que se regula, a veces se autorregula, y resuelto. Cuando esos sistemas o esa institucionalidad se estructuran en el aparato administrativo, podemos tener el mejor reglamento y el mejor local y sin embargo las cosas pueden no funcionar. En una determinada rama de la administración se establece un bonito organigrama y en realidad lo que funciona no es el organigrama, sino el sociograma, o sea, quien puede más, quién manda a quién.

La institucionalidad es una dimensión importante, otra es la de los actores. Hay los actores directos o sea los operadores responsables y hay los actores indirectos, que son irresponsables y que a veces tienen mucho más poder que el operador directo y son  quienes condicionan, limitan o impiden la actuación de los actores operadores.

Y luego tenemos los procesos, los procesos entre los actores. Los procesos pueden estar normados, detallados y reglamentados, pero en realidad los procesos son relaciones entre personas, y cuando esas relaciones tienen un patrón moral, cultural, y técnico ya afincado eso tiene un valor mucho más grande que el cemento y el edificio. Cuando una empresa compra un Banco o compra una compañía de aviación, no está comprando solamente los locales, el logo, los materiales y los equipos; está comprando la tradición y la cultura de la empresa, la imagen, los clientes, la vocación y capacidad que tienen sus trabajadores; esos activos que son no físicos, son muy importantes.

Los procesos son lo que dan vida a todo, pero las políticas son las que señalan el rumbo y las metas. Entonces tenemos  institucionalidad, actores, contexto, procesos y políticas; hacia dónde queremos ir, hacia dónde queremos llegar y cómo. Alguien podría decir que la gobernabilidad, el buen gobierno, no podemos referirla solamente a una determinada política; que hay gobernabilidad para imponer una asegurar una educación democrática, para conducir una política educativa así definida, o que hay gobernabilidad para imponer una revolución educativa. El concepto de gobernabilidad es en función de las políticas que se quiera implementar, y por eso que los análisis realizados en otros contextos no son fácilmente aplicables al Perú, un país tan grande, tan complejo, tan diverso, tan desigual. No hay una sola gobernabilidad; hay la gobernabilidad de un distrito que tiene 2 millones de habitantes, muy diferente a la de un balneario que tiene 500 habitantes.

La gobernabilidad y la institucionalidad democráticas fueron destruidas por la dictadura de Fujimori-Montesinos, pues ella arrasó la institucionalidad y montó una serie de mecanismos o procesos corruptos, mafiosos y de eso vivió. Al recuperar la democracia tuvimos que recrear una institucionalidad democrática y allí surgen los problemas. La Constitución del 93 que yo juré cuando  asumí el Ministerio de Educación, es una Constitución que merece grandes objeciones, hasta sobre su legitimidad, y solamente se ha reformado significativamente durante el gobierno del presidente Toledo, con la descentralización. Durante el gobierno del presidente García solamente se ha introducido un par de modificaciones sobre número y circunscripciones de congresistas.

La institucionalidad del Estado, del Gobierno y de la Administración Pública no se ha recuperado con una visión sistémica, pues resulta de la proliferación de leyes, decretos legislativos y decretos de urgencia, y últimamente tenemos, además, el espectáculo del enfrentamiento público entre representantes del más alto nivel del los poderes del Estado, que se lanzan barro unos a otros, generando una sensación de anarquía y desgobierno. Si subes a un avión y ves que el piloto del avión se pelea con el copiloto y con el ingeniero del vuelo y que las azafatas lloran, entonces puedes preocuparte y preguntarte que va a pasar.

Es importante la institucionalidad porque es el aparato; por ejemplo, la nueva carrera magisterial, es una carrera bipolar y a velocidades variables; hay los que están dentro y los que están fuera. Esas fracturas son enemigas de la gobernabilidad, pues es muy difícil gobernar con ellas.

La superposición de papeles entre grupos políticos, profesionales, gremiales y sindicales, son otro factor de complejidad. Lo mismo la reforma que hizo Fujimori mediante el Decreto Legislativo 882 instaurando el lucro en la educación (lucro expresamente prohibido por el artículo 30 de la Constitución de 1979), origen de la disparada de escuelas, colegios y universidades privadas de lucro. Según dicha reforma se permite el lucro siempre que se pague impuestos; se trata pues de empresas lucrativas pero habría que ver si cumplen con sus obligaciones tributarias y si practican también el reparto de utilidades a sus trabajadores que señala el artículo 29 de la Constitución. ¿Esas empresas educativas de lucro reparten utilidades a sus profesores y empleados?

El problema del buen gobierno de la educación depende de una serie de factores, pero siempre en el fondo está referida a las políticas públicas de educación, porque aunque los operadores sean privados, la educación es una función pública, una función de interés general al servicio de la Nación, que puede darse, según el modelo político que siga un país, bajo diversas modalidades; pero debe corresponder a una política nacional y sobre todo no debe haber una anarquía de sistemas ni de actores, sino un concierto, como de una orquesta en la que el gobierno no tiene que tocar todos los instrumentos, pero como director de orquesta tiene que asegurar que la sinfonía se dé, sino pues es el descalabro.

 

Descentralización y Gobernabilidad Educativa

Los historiadores dicen que estamos en el quinto intento de descentralización en el país y los amantes de la tauromaquia dicen que no hay quinto malo. Este quinto intento no es totalmente bueno, pero fue una decisión muy valiente y atrevida cambiar el patrón territorial de la distribución y el ejercicio del poder en el país y en el manejo de los recursos y del presupuesto. Se da la reforma constitucional, la más transcendente, en realidad la única reforma del Estado que ha habido desde que hemos recuperado la democracia en el Perú, y se da con unos cuantos artículos. Luego se convoca a elecciones, incluso antes de precisar el marco jurídico correspondiente y después se tuvo que esperar por la Ley de Bases de la Descentralización y por la Ley Orgánica de los Gobiernos Regionales, que hasta ahora no son regiones sino departamentos. Más tarde se da la Ley Orgánica de Municipalidades, que es un mejoramiento del modelo  tradicional, porque no hay que olvidar que históricamente la Municipalidad precede a las Regiones y al Gobierno Nacional. La independencia del Perú, como de muchos países, fue declarada por los cabildos, o sea, por el gobierno de los poderes locales.

Nuestro país fue el centro de la colonización española, período durante el cual nuestro país fue organizado no para desarrollarlo, sino para extraer y exportar sus riquezas. El centro del poder era Lima y Lima era todo. Histórica y geográficamente la ocupación colonial estableció una organización  del territorio altamente centralista que no ha permitido una ocupación de nuestro territorio de una manera armónica. Luego se aceleraron los procesos migratorios de la Amazonía a la Sierra, del sur y norte al centro, de todos a la Costa, y de toda la Costa a Lima. No hemos logrado revertir esos procesos. La descentralización se ha iniciado por decreto; pero las capacidades no se desarrollan por decreto, las experiencias, la educación y la cultura no se adquieren por decreto.

Cuando en 1962 se fundó el Instituto Nacional de  Planificación, formulamos propuestas para crear las regiones que en el Perú no existían, pues las regiones tenían que ser construidas, para que entre grandes espacios territoriales y económicos sostenibles hubiera una verdadera competencia. Las posibilidades mejores eran en el norte, y decíamos que en esa época se necesitarían unos quince o veinte años para generar una región norte. Han pasado muchas décadas y dos generaciones de peruanos y seguimos con ese gran desequilibrio. Tenemos dos procesos en realidad en uno solo, en un proceso de descentralización política y administrativa que se hace por decreto, pues basta la voluntad del Gobierno Nacional y de los poderes del Estado, para transferir competencias y recursos, y, por otro lado, en una futura regionalización.

Ahora por efecto de la globalización se está trazando nuevas grandes inversiones, mega inversiones en las que ya se apunta hacia un desarrollo más allá del Perú, más extenso. Desgraciadamente la planificación sigue estando en déficit para poder orientar este proceso. En el caso de la educación, como Ministro yo aceleré el cronograma de la descentralización, porque si lo recuerdan, la normatividad general decía que educación iba a entrar en la cuarta etapa y yo consideré que así como se había apretado el acelerador para dar la reforma constitucional, habría que apretarlo en educación, porque en educación teníamos ya una larga experiencia de autoridades desconcentradas. Entonces era muy sencillo que las regiones elegidas en los departamentos asumieran las Direcciones Regionales de Educación y eso se dio rápidamente.

Pero nos quedaba el Departamento de Lima y la Provincia Constitucional del Callao. Primero con un equipo técnico visité al Presidente Regional del Callao, el único Presidente Regional de las filas del partido Perú Posible, y en una reunión de trabajo lo convencimos de que debería asumir las atribuciones educativas y se las transferimos. Igual hicimos con el Presidente de la Región Lima, en reuniones de trabajo celebradas en el Ministerio de Educación. Lo único que quedó pendiente fue el acuerdo con el Alcalde de la Municipalidad Metropolitana de Lima, quien no quiso nunca asumir las responsabilidades educativas regionales de la Provincia de Lima. Tampoco los Ministros limeños han estado a favor de tales transferencias del Gobierno Nacional a la Municipalidad Metropolitana de Lima. Hay Ministros que no quieren renunciar a gestionar personal, gastos e inversiones, olvidando que un Ministro es, ante todo, un gestor de políticas. Olvidando también que por ello tenemos varios ex Ministros en la cárcel. Creo que un Ministro debería tener responsabilidades políticas, y no responsabilidades administrativas.

Ahora veo que todos los candidatos a la Municipalidad Metropolitana de Lima reclaman las competencias de Gobierno Regional. Para ello tienen que ponerse de acuerdo con el Gobierno Nacional, para que se hagan las transferencias de manera progresiva. En el caso de la educación de la Provincia de Lima, la transferencia de competencias regionales no es muy difícil, porque existe la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana, y, además, de los miles de empleados del Ministerio de Educación, hay algunas centenas que se ocupan de la gestión de Lima Metropolitana, y ellos también tendrían que ser transferidos. Hay decisiones duras y graves por tomar.

Por otro lado, los Gobiernos Regionales siguen administrando las UGEL, y el Gobierno Nacional ha querido ensayar una municipalización que no corresponde a lo que manda la Ley General de Educación. La Constitución dice que la provincia de Lima no es región y tiene un régimen especial. Foro Educativo recomienda un enfoque más participativo y multisectorial a nivel local. La educación es una responsabilidad compartida entre los tres niveles de gobierno, y una autoridad compartida, quiere decir de acuerdos, con reglas claras de conducta y de acción, como en un matrimonio. Antes en el matrimonio el marido era el jefe, hoy e día el Código Civil establece una fórmula diferente.

 

Para terminar, no olvidemos que la misma reforma constitucional del 2002 dice que hay que descentralizar el Presupuesto de la República y esa es la Bastilla que sigue incólume.

 

La  Participación de la Ciudadanía

La educación es una industria no de materiales, sino que trabaja con y para seres humanos. Tiene que haber participación porque si no hay participación en educación quiere decir que tratamos a los alumnos, a los padres de familia y a los maestros como meros instrumentos, recursos o insumos de una maquinaria, de una fábrica que dirige alguien desde Lima. La educación es una obra humana que tiene que modelarse con la participación, porque sino el ser humano sería violentado en su desarrollo. Tiene que ser un proceso participativo, y participar quiere decir tomar parte en las decisiones, no solamente estar allí como convidado de piedra y dar el amén o enterarse por el periódico de las decisiones que se toma.

El artículo 45 de la Constitución dice que el poder del Estado emana del pueblo, lo que podría llevar a pensar que el pueblo vota y ya no tiene poder, que el voto es una abdicación del poder soberano del pueblo. Pienso que debemos volver a la fórmula según la cual el poder reside en el pueblo. En la democracia representativa por medio de las elecciones al votar designamos a nuestros mandatarios, a quienes reciben nuestro mandato. Si el poder del pueblo no ha sido perdido, tiene que ejercer vigilancia y exigencia, y derecho a  revocatoria, de todas las formas y en todos los niveles. En la historia de la políticas educativas peruanas la participación ha sido un anhelo y una exigencia permanente; ha habido ensayos como la nuclearización, que yo impulsé como miembro de la Comisión de Reforma Educativa de los años 70. La Ley General de Educación también lo dice, el Proyecto Educativo Nacional igual; pero resulta que los operadores, los actores directos e indirectos saludan a esa reglamentación, pero no la obedecen, porque en varios procesos de la implementación de la Carrera Magisterial, por ejemplo, han sido puestas de lado las normas legales de participación. Según la ley deben participar los representantes del gremio magisterial y a veces dice, hasta del sindicato magisterial; bueno, como no me gusta el gremio o no me gusta el sindicato, por esta vez ellos no intervienen, o por esta vez los profesores se reúnen en una escuela y designan a su representante. Así se burla la ley porque a mí no me gusta, porque yo no quiero, porque no me parece; entonces cuando se gobierna o se pretende gobernar la educación sin participación, sin respeto a las reglas de juego que han sido establecidas, caemos en prácticas que son discriminatorias o elitistas, sin vigilancia estricta sobre el buen uso de los recursos.

Existe otra categoría que es importante, que es el liderazgo. Hay líderes de opinión, empresariales, religiosos, de instituciones, sectoriales. Y esos líderes tienen que ser respetados. Lo ideal sería que los líderes arriben a las posiciones de gobierno o que escojamos y elijamos gente con características no de jefe, sino de líder, y entonces si podríamos generar una gobernabilidad mayor y un mejor encaminamiento de las políticas en los diferentes  sectores. Cuando eso no se da, entonces tenemos lo que hoy vemos, una poderosa burocracia, es decir, gente que manda porque lo han colocado en un puesto del aparato. Si colocamos a una persona que sabe de papas como jefe de camotes, entonces no tendremos un líder, ni siquiera está garantizado que sea un buen jefe.

Repito, la educación y su gobierno es lo más complejo que puede haber. Cuando asumí el Ministerio de Educación ya teníamos el Acuerdo Nacional; yo insistí en la promulgación rápida de la Ley General de Educación y así se logró y tiene mi firma. Luego se ha elaborado el Proyecto Educativo Nacional. La Ley General de Educación decía que el Proyecto Educativo Nacional lo debe elaborar el Ministerio de Educación, y el Ministerio de Educación no lo hizo, lo hizo el Consejo Nacional de Educación. La misma ley dice que el Plan de Desarrollo lo debe preparar el Consejo Nacional de Educación y lo ha hecho el Ministerio de Educación. Fui parte del Consejo Nacional de Educación, aunque no estuve de acuerdo con la manera limitada cómo se reactivó; pero me argumentaron que era mejor integrarse al Consejo y desde allí hacer la lucha. Hasta este momento hay en trámite una nueva ley del Consejo que está archivada en el Congreso; no se ha querido dar al Consejo todo el poder, y en el pasado, nos dicen los historiadores, los consejos de educación tuvieron poder decisorio. Hay que imaginar un Consejo Nacional de Educación que tenga peso, capacidad de decisión para determinadas materias que  requieran el voto aprobatorio del Consejo o que requieran su opinión. Todo esto se puede lograr en forma gradual, pero hay que fortalecer estos mecanismos, pues para el manejo de las inversiones y de las tarifas existen organismos reguladores que son una figura intermedia entre una organización social y una organización gubernamental. y tienen el poder de decidir. ¿y por qué no en educación?. No podemos resignarnos a un Consejo Nacional de Educación débil y a un CEPLAN de segundo o tercer nivel, sin asiento en el Consejo de Ministros, sin peso en la formulación del Presupuesto de la República.

 

Como ministro fui a sustentar el presupuesto del 2004 al Congreso, porque yo asumí la cartera en junio del 2003 y en ese año tuve simplemente que apagar los fuegos de la gran huelga magisterial y buscar y rascar la olla para dar el aumento de remuneraciones a los maestros. Luego me reuní con todas las organizaciones representativas de los operadores de la educación en el país, concertamos una serie de acciones y propusimos que la mayor recaudación de la reforma tributaria en marcha sería expresamente dedicada a educación, salud, nutrición y desarrollo local. Yo dejé el Gabinete en febrero del 2004. Cuando sustenté el presupuesto el 2004 el Ministerio de Economía y Finanzas dijo que como no se sabía cuánto iba a rendir la reforma tributaria por eso no se consideraba en el presupuesto del 2004. Entonces yo voy al Congreso, a sustentar el presupuesto del 2004, pero lo primero que les digo es, discúlpeme, pero yo no sé qué sustentar porque el presupuesto del 2004 va a ser igual al 2003, porque hemos hecho una reforma tributaria y los mayores recursos no están contemplados en el Presupuesto ¿Por qué? porque el Ministro de Economía y Finanzas se reserva esos fondos para gestionarlos por decretos de ampliación presupuestal. Si analizas los presupuestos verás que una cosa es lo que se aprueba y otra cosa  la que se ejecuta. En la ejecución del Presupuesto las llaves del agua, el que tiene los candados, es el Ministro de Economía y Finanzas, no el Ministro de Educación. Con mi experiencia larga en planificación y en administración, dentro y fuera del país, yo veía estas cosas en toda su complejidad, y traté de tomar decisiones que pudieran generar dinámicas apropiadas. Los fondos de la reforma tributaria no fueron a la agenda social como estaba previsto y lógicamente mi situación o mi mantenimiento en el Ministerio no tenía sentido. Yo no estaría allí para calentar asiento; no podía aceptar quedarme en una empresa donde el cajero es el que determina las políticas, los planes y las inversiones.

 

El Ministerio de Educación

El Ministerio se llama Ministerio de Economía, o sea de la economía nacional, y de Finanzas, de las finanzas en general; pero en realidad su poder está en la tributación y en el manejo del presupuesto, ese es su poder. No está en el guión; pero eso es lo que hace. Además lee la Constitución y no vas a encontrar mencionado ningún ministerio, salvo el Ministerio de Economía y Finanzas. Cuando se modifica la Constitución para la descentralización en el año 2002 se menciona expresamente el papel del Ministerio de Economía y Finanzas. Al legislador se le fue la mano y allí aparece el único Ministerio que tiene nivel constitucional.

Cuando yo era muy joven y comencé mis primeras aventuras en el Ministerio de Educación, era muy difícil enterarse  qué cosa era el presupuesto, en qué consistía, y quien lo maquinaba y cómo se manejaba. Siempre desde joven me interesé mucho por el tema, intervine, participé como asesor de ministros, varios ministros, en el trámite presupuestario, en el Congreso; siempre me interesó la cocina del presupuesto, pero después hubo un período de oscurantismo, en el cual los ciudadanos de a pie no saben nada al respecto. El Presupuesto era un tabú que el Ministerio de Economía manejaba así durante décadas. Hoy en día ya los sistemas y las nuevas tecnologías hacen inevitable una mayor transparencia; pero tú entras a la página web del Ministerio de Economía y Finanzas y puedes encontrar cosas muy sabrosas y muy interesantes; por lo menos ya hay una posibilidad, pero no tenemos una cultura de participación presupuestaria, por eso la Constitución cuando se reforma, dice se descentraliza los poderes del estado, los organismos autónomos y el presupuesto de la república.

Hay muchas cosas pendientes y creo  que por eso la educación está en un trance muy difícil, porque se necesita una visión compartida a largo plazo, que ya la tenemos; se necesita además reglas de juego, no perfectas pero ya las tenemos y podemos mejorarlas; tenemos gente muy inteligente en educación; hay un orden disperso que requiere una ingeniería de sistematización, habría que hacerlo. Creo que no es difícil hacerlo, pero tenemos obstáculos, rémoras, inercias muy grandes; la carrera, los sueldos del magisterio, el gasto. Decirnos que debemos contentarnos con lo que tenemos, no, ¿dónde están el Acuerdo Nacional y el Proyecto Educativo Nacional, que dicen que debe haber un incremento anual de 0.25% del PBI y debemos llegar al 6%? Nosotros estábamos en 3% cuando la presión tributaria era 12%; ahora la presión tributaria está en 15% y seguimos en alrededor del 3% del PBI para el presupuesto de la educación. Y todo el mundo dice no se cumple el Acuerdo, ni el Proyecto; peor aún, no se cumple la Constitución, porque el artículo 16 de la Constitución dice: “Se da prioridad a la educación en la asignación de recursos ordinarios del Presupuesto de la República”. Prioridad, no quiere decir exclusividad, no quiere decir tampoco el monto mayor, quiere decir primero vea usted lo que es más importante que otras cosas. Ahora se pone la plata en el cemento, en el ladrillo, en la construcción, en las obras, tenemos a los más altos dignatarios de la nación inaugurando obras que son de naturaleza y dimensión municipales, lanzando discursos y rompiendo botellas. Suena eso ridículo porque no hay una voluntad de articular la función gubernamental en sus diferentes niveles. Las inversiones están jerarquizadas, hay inversiones locales, hay inversiones regionales, hay inversiones nacionales. Cuando vemos a un Ministro, o más que un Ministro, abriendo agua en una comuna, obra que no es nacional sino de un distrito, nos preguntamos qué hace allí una autoridad nacional que debe estar pensando en otros problemas, resolviendo otras cosas, perdiendo su tiempo, tomándose fotos, encabezando desfiles y marchas porque hay agua. Esas cosas son las que mellan la imagen y la legitimidad de la  autoridad pública que es muy importante para el buen ejercicio de la función de gobierno, para la gobernabilidad.

 

Los Liderazgos

El Perú en los análisis internacionales figura en buen puesto cuando se trata del emprendimiento; los peruanos somos emprendedores. Los peruanos triunfamos fuera del Perú como trabajadores. El trabajador peruano tiene prestigio, tiene recursos para enfrentar situaciones nuevas, no se siente desgraciado viviendo en otra parte del mundo, aprende lo que tiene que aprender y tiene una versatilidad enorme. ¿Por qué el peruano triunfa en el exterior y no triunfa en su país? No estamos asegurando ni desarrollando las condiciones para que ese espíritu de empresa, para decirlo en sentido más genérico, no se pueda manifestar en el país. La empresa y el emprendimiento empresarial tienen una regla de oro muy simple, si tu armas una empresa y marcha bien ella vive; si marcha mal, muere. Tenemos la prueba de las cosas buenas, a través de estos proyectos y emprendimientos y cuando una idea hay que transformarla, hay que aplicarla y hay que convertirla en una innovación, en un desarrollo. Eso requiere cierta formación, disciplina, direccionalidad, sentido de ubicación, de evaluación, y eso solamente se puede asegurar con líderes.

El Perú tiene líderes, tiene muchos líderes, lo que nos falta es liderazgo al nivel más alto, al nivel político. Líderes que se pongan de acuerdo en lo que interesa al Perú, gobernantes que no estén pensando en las próximas elecciones, ni en su reelección, sino sencillamente que se den cuenta que están primeramente a cargo de políticas de Estado, que trascienden a los gobiernos. Sobre todo en educación pues son políticas educativas de Estado que trascienden los gobiernos y que no deben ser cambiadas cada vez que cambie  un gobierno, cada vez que cambie un Ministro, cada vez que cambie un Director del Ministerio. Eso no puede ser, para eso necesitamos rutas claras hacia el futuro. Y ¿qué es el líder? Las escuelas más reputadas del mundo nos enseñan sobre qué es calidad y  que es un líder. El líder es líder de un grupo; el grupo lo reconoce como líder, lo inviste como  líder, no necesariamente elegido ni mandatado, simplemente lo reconoce. El líder es reconocido, tiene un reconocimiento, primero por lo que sabe, nadie escoge como a un líder a un ignorante, que no sabe de qué se trata las cosas. Segundo porque le tiene confianza y tercero porque resuelve problemas, es imaginativo, inteligente, y sabe resolver problemas. Si una persona sabe, se gana la confianza, y resuelve problemas, pues la gente sigue a ese líder; ese liderazgo impulsa a los demás, es portador.

Lo mismo para el criterio de calidad, es bien claro, la calidad de un producto se aprecia cuando el producto corresponde, primero a lo que nos habíamos propuesto fabricar, si yo tengo una política educativa tengo que ver si el producto educativo corresponde a lo que yo he ofrecido, a lo que he planteado, a lo que he programado, si corresponde al producto que queríamos. Segundo, si funciona, si sirve para lo que fue fabricado; produzco una afeitadora y resulta que es muy bonita, pero no afeita. Tercero la satisfacción del cliente, si el cliente no está satisfecho estamos perdidos. ¿Qué pasa con la educación?, al cliente no le dan pelota y como no existe el mecanismo de evaluación se sigue produciendo lo que no sirve, se sigue produciendo las cosas de baja calidad.

No hay un mercado, si yo compro madera, pago por la madera, fabrico una mesa, vendo la mesa listo, o sea, compro madera, si la madera no sirve, cambio por otra madera, hago la mesa, si la mesa no sirve, no me compran a mi le compran a otro. En educación no podemos hacer eso, muchos servicios de naturaleza social no están sujetas pues a las leyes simples del mercado. No podemos comprarle a una familia su hijo, para educarlo y para revendérselo después de unos años a un precio mayor. No existe tal mercado humano, por eso hay que involucrar a los clientes, a los padres de familia, a los estudiantes y a la comunidad, porque el ser social que estamos potenciando como base de nuestro desarrollo humano para que sea sostenible tiene que ser legitimado, reconocido, útil en el plano personal, en el plano familiar, en el plano comunal, en el plano regional y en el plano nacional e internacional, tiene que haber esa valoración.

 

Creo que en la educación, para volver a la pregunta de esta última etapa de la entrevista, la participación es muy importante. Si hay una regla de oro que dice que el cliente es el que tiene la razón, bueno el cliente en educación es el niño, y en muchas materias, como sus representantes, los clientes son los padres y tutores. Eso es simple y debemos aplicarlo, como regla simple de la vida, para potenciar la educación y mejorar su calidad. La educación cuesta, no es gratis, si hubiera una guerra o una epidemia en el Perú sacaríamos recursos no sé de dónde y realizaríamos esfuerzos extraordinarios, como ya se ha visto en el pasado. Ahora estamos en guerra contra una educación que ha sido mal tratada, mal mantenida, mal dirigida, saboteada. Y ahora esa educación hay que rescatarla, yo creo que esa campaña debe liderarla Foro Educativo, para poner la educación, la nueva visión del papel de la educación, en la agenda pública y para poner orden, racionalidad, sistematicidad, con todas las energías y los cuantiosos recursos que se debe dedicar a la educación y que deberían aprovecharse mejor.

La mejor utilización de los recursos que tenemos será la mejor carta de garantía para poder exigir mayores recursos. Porque siempre nos dicen si ustedes no pueden o no saben gastar, o gastan mal, para qué piden más recursos. Es un sofisma porque en realidad se necesita más recursos, hasta el 6% del PBI, que es lo que deberíamos invertir en educación. Igual podría decirse de salud y de otros sectores. Eso no se está dando y sin embargo en educación tenemos ideas, planes, proyectos, leyes; tenemos todo y no lo conseguimos. Necesitamos líderes para orientar la voluntad de la comunidad y de las colectividades, frente a los grandes operadores y a los gestores de intereses, que influyen para que se hagan o no ciertas cosas.

 

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Acerca de cnmalpica

carlos@malpica.net http://www-slideshare.net/carlosmalpicafaustor Peruano. Profesor, Investigador, Especialista y Consultor Internacional en Administración y Planificación de la Educación; Planificación del Desarrollo Económico y Social; Reforma de la Administración Pública; Gestión Pública, y Desarrollo de Capacidades Nacionales. Ha dirigido visitas de estudio, misiones oficiales, cursos y consultorías en 40 Estados Miembros de América Latina, Estados Unidos de América, Europa, Asia, África y Estados Árabes. Lenguas de trabajo: Castellano, Inglés y Francés. Egresado de la primera promoción (1953) de La Cantuta (hoy Universidad Nacional de Educación - UNE), con estudios de especialización y postgrado en las Facultades de Educación de las Universidades de Puerto Rico, Chile y Nacional Mayor de San Marcos. Experiencia docente en Educación Secundaria, Normal, Superior y Universitaria. Ex-funcionario de la Alta Dirección del Ministerio de Educación, del Instituto Nacional de Planificación - INP, de la Escuela Superior de Administración Pública -ESAP, de la CRYRZA y del Instituto Nacional de Administración Pública - INAP. Representante del Perú en numerosas misiones oficiales en el exterior. Ex-funcionario de la UNESCO (París 1979-1993) en el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación - IIPE (Investigador, Asesor y Director de la Formación). Consejero ad honorem de la Delegación Permanente del Perú ante la UNESCO (París, 1993-1995). Ex-Asesor del Viceministro de Relaciones Exteriores, ex-miembro del Consejo Nacional de Educación, ex-Coordinador de la Comisión Presidencial de Educación y ex-Ministro de Educación (2003-2004). Actualmente: miembro de “Foro Educativo”; de la "Asociación Civil Presidente Ramón Castilla" para la Reforma del Estado y la Modernización de la Administración Pública (Presidente fundador); de la "Comisión Nacional de Asesoramiento Institucional del Colegio de Profesores del Perú - CPPe" (Coordinador); de la Asociación Civil Instituto Pro Gobernabilidad de la Educación - IGEPE" (Presidente). Ha publicado libros, informes de investigación, artículos y documentos técnicos sobre Experiencias Nacionales de Planificación Económica y Social, Administración Pública, Descentralización y Evaluación del Desarrollo, y sobre la formulación y evaluación de Planes, Programas y Proyectos Estratégicos de Educación. Ver: http://cnmalpica.wordpress,com/ Distinciones: "Palmas Magisteriales del Perú" en el Grado de Comendador; "Orden Andrés Bello" del Gobierno de Venezuela; “Profesor Honorario” de la Universidad Nacional de Educación; “Medalla a la Integración Simón Bolívar” de la CIPIS de Brasil; "Laureles Educativos" de la Confederación Nacional de APAFAS del Perú; "Doctor Honoris Causa" de la Confederación Mundial de Asociaciones de Padres de Familia; Profesor Honorario de la University of Silvaner Inc. de Panamá.
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Una respuesta a 20110602. CARLOS MALPICA FAUSTOR DIFUNDE LIBRO SOBRE GOBERNABILIDAD DE LA EDUCACIÓN PERUANA 1975-2011

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